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LA VIDA ES PURO CUENTO


LA VIDA ES PURO CUENTO-ACTUALIZACION DEL 16 DE FEBRERO DE 2017


SOBRE LA MORTALIDAD DE LOS POETAS.



AUTORÍA:IGNACIO XURIO.



En el año 2020 el Estado Corporativo Universal decretó el derecho al goce de una libertad hasta entonces retaceada: la del canibalismo.

Aparte de las motivaciones éticas,los considerandos contemplaban la irremediable escases de alimentos y la necesidad de un retorno al acatamiento de las leyes biológicas sin ningún tipo de cortapisas.

Contra lo que estimaron las computadoras,el mayor porcentaje de sobrevivientes no se registró entre los profesionales de las armas sino entre los poetas.

Fué comprobado que tenían un alto grado de adptación a alimentarse con todo tipo de deshechos y que,a su vez,no eran apetecidos por su magrura y lo amargo de su sabor.Se dijo,además,que repetían.



LA VIDA ES PURO CUENTO-ACTUALIZACION DEL 10 DE OCTUBRE DE 2016



Volvemos en la fecha a la publicación de cuentos.Cuento breve en la actualización de la fecha. Es un clásico y conocido.Del autor Ruso Chejov nada menos.Aunque al lector le parezca que se encuentra desfazado en el tiempo,ha poco que lo lea,apreciará que posee enorme actualidad,por lo menos en Argentina.



EL DELINCUENTE.

AUTOR: ANTON CHEJOV.(Ruso).

Ante el juez está un mujik pequeño y extremadamente escuálido, vestido con una camisa de abigarradas colores y con unos calzones remendados. Su rostro velludo, comido de picaduras, y sus ojos apenas visibles bajo las espesas y colgantes cejas, tienen una expresión de gravedad taciturna. Sobre la cabeza lleva todo un gorro de pelo enmarañado que no ha sido peinado hace tiempo y que le da un aspecto de severa araña. Está descalzo.
—¡Denis Grigoriev! —empieza a decir el juez— ¡Acércate y contesta a mis preguntas!… El día siete de este mes de julio, el guardavía, Iván Semion Akinfov, en su recorrido matinal de la línea y en la versta ciento cuarenta y uno ce sorprendió destornillando la tuerca del riel. ¡He aquí la tuerca!.. Cuando se detuvo, estabas en posesión de dicha tuerca. ¿Fue o no fue así?
—¿Qué?…
—¿Ocurrió todo según lo explica Akinfov?
—¡Claro que ocurrió!
—Bien… ¿Y para qué destornillabas esa tuerca?
—¿Qué?…
—¡Basta de ques y contesta a lo que se te pregunta! ¿Para qué destornillabas la tuerca?
—¡Si no hubiera habido necesidad…, no la habría destornillado!… —dijo Denis con voz ronca y mirando de reojo el techo.
—¿Y para qué necesitabas la tuerca?
—¿La tuerca?… Con las tuercas nosotros hacemos pesos.
—¿Y quiénes son “nosotros”?
—¿Nosotros?… ¡Pues la gente!… ¡Los mujiks de Klim!…
—¡Oye, hermano! ¡No te hagas el idiota y contesta juiciosamente! ¡No vengas aquí mintiendo con eso de los pesos!
—¡Desde mi nacimiento que no he mentido…, y ahora resulta que miento!… —masculla Denis parpadeando—. ¿Acaso, señoría, puede uno hacer algo sin peso?… ¿Acaso se va a ir el gancho a fondo…, si uno quiere colgarle algo…, o si no lleva peso? ¡Que miento!… —Denis sonríe sarcástico—. ¿Acaso va a estar mecido el diablo en el cebo para tenerlo tieso?… ¡Hay peces…, como el okuñ o la schuka, que están muy hondos!…, ¡Flotar…, solo flota el schilispei…, pero en nuestro río no hay schilispei!… ¡Ese es un pez que le gusta ir muy ancho!…
—¿Y para qué me cuentas todo eso de los schilispei?
—¿Qué?… ¿Pues no me lo está usted preguntando?… ¡Si hasta los mismos señores pescan así!… ¡Si ni el más mocoso iría a pescar sin peso!… ¡Claro que el que no sepa… se iría a pecar sin peso!… ¡A un tonto no le vale ninguna ley!
—Dices entonces que desatornillaste esta tuerca para utilizarla como peso.
—¿Y cómo no? ¡No la iba a coger para jugar!
—Para peso podías, haber cogido una bala, un poco de plomo o un clavo cualquiera…
—¡El plomo no anda tirado por el camino… y un clavo no sirve! Mejor que la tuerca, ¿qué va uno a encontrar?… Pesa y tiene un agujero.
—¡Miren cómo se hace el tonto! Parece enteramente que ha nacido ayer o que se ha caído de un guindo… ¿Es que no comprendes, cabeza de chorlito, las consecuencias que podía haber traído ese destornillamiento?… ¿Que de no haber reparado en él el guardavía, podía haber descarrilado el tren y podía haber habido muertes?… ¡Tú hubieras sido entonces el que matara a esa gente!
—¡Dios nos libre, señoría!… ¿Para qué matar?… ¿Acaso no está uno bautizado o es uno un criminal? A Dios gracias, buen caballero, ya lleva uno vivido bastante…, y de eso de matar… ¡ni siquiera le ha pasado a uno por la cabeza! ¡Dios nos libre!… ¡Virgen Santísima!…
—¿Y por qué entonces, según tú, ocurren los descarrilamientos?… Se destornillan dos o tres tuercas ¡y ya tienes ahí el descarrilamiento!…
Denis sonríe con sarcasmo e incredulidad y mira al juez guiñando los ojos.
—¡Vaya!… ¡Tantos años que lleva el pueblo destornillando tuercas y Dios guardándole a uno, y ahora que si el descarrilamiento…, que si matar a la gente!… Si yo…, pongo por caso…, hubiera levantado un riel…, o plantado un tronco en mitad de la vía…, entonces puede ser que el tren se hubiera desmandado…, pero que porque uno… una tuerca…
—¿Pero no comprendes que con las tuercas se sujetan los rieles?
—¡Eso ya lo comprende uno!… ¡Por eso no las destornillamos todas! ¡Dejamos muchas!… ¡No lo hace uno así…, a lo tonto!… ¡Comprendemos!…
Y Denis, que bosteza, traza una cruz sobre su boca.
—El año pasado, en este lugar, descarriló el tren —dice el juez— y ahora queda aclarado el porqué.
—¿Cómo manda usted?…
—Digo que ahora se explica porqué el año pasado hubo aquí un descarrilamiento. ¡Ahora lo entiendo!
—¡Pa’eso son ustedes instruidos! ¡Pa’entenderlo todo, bienhechores nuestros!… ¡Ya sabe el Señor a quién da conocimiento!… Ahora que… usted aquí juzga el porqué y el porqué no…, mientras que el guardavía, que es un mujik tal como uno que no tiene comprensión…, te agarra por el cuello y te lleva… ¡Primero hay que juzgar a la gente, luego llevársela!… ¡Cuando se dice mujik… es porque así tiene uno la inteligencia!… ¡Y puede apuntar también que me pegó dos veces en la cara y una en d pecho!
—En tu casa, cuando se hizo el registro, se encontró otra tuerca más. ¿Cuándo y en qué sitio la destornillaste?
—¿Qué tuerca dice usted?… ¿La que estaba debajo del baulillo colorado?
—No sé dónde estaba; lo que sé es que la encontraron. ¿Cuándo la destornillaste?
—Yo no la destornillé. Me la dio Ignaschka, el hijo de Semion el tuerto… ¡Hablo de la que estaba debajo del baulillo…, que la que estaba en el patio, en el trineo, la destornillé con Mitrofan!…
—¿Qué Mitrofan?
—Mitrofan Petrov. ¿Acaso no le ha oído usted nombrar?… Hace las redes y se las vende a los señores. Necesita muchas tuercas de esas… ¡Cada red le lleva por lo menos diez!…
—¡Oye!… El artículo mil ochenta y uno del Código penal dice: “Todo desperfecto cometido intencionadamente contra el ferrocarril, cuando constituya peligro para dicho medio de locomoción, ejecutado por el culpable con conocimiento de que sus consecuencias pueden resultar una catástrofe.” ¿Comprendes?… ¡Tú eso lo sabias! ¡No podías dejar de saber a qué conducen esos destornillamientos!… “Está castigado con el destierro y los trabajos forzados.”
—¡Claro! ¡Usted tiene que saber eso mejor!… ¡Uno tiene más cerrada la mollera! ¿Acaso entiende uno de algo?
—¡Lo entiendes perfectamente! ¡Estás mintiendo y fingiendo!
—¿Y pa’qué iba a mentir?… Pregunte por toda la aldea si no me cree…, ¿qué pez le va a uno a picar sin el peso?…
—Bien… ¿Es que vas a empezar a contarme más cosas de los schilispei? —sonríe el juez.
—¡Si en nuestras tierras no hay schilispei!… ¡Si cuando uno va a pescar con mariposas a flor de agua y sin peso… lo más que saca es un pez golav… y pa’eso… muy rara vez!
—Bueno, cállate ya.
Se hace un silencio. Denis se apoya tan pronto en un pie como en otro, mita a la mesa forrada de paño verde y parpadea mucho como si en lugar de una tela fuera el sol lo que tiene delante. El juez escribe deprisa.
—¿Puedo irme? —pregunta Denis después de un cono silencio. —No. Tengo que ponerte bajo vigilancia y mandarte al calabazo.
Denis cesa de parpadear y arqueando las espesas cejas mira interrogativamente al funcionario.
—¿Cómo al calabozo, señoría?… ¡No tengo tiempo!… ¡He de ir a la feria!… ¡Egor tiene que pagarme tres rublos por el tocino!
—¡Calla y no me molestes!
—¡Al calabozo!… ¡Si al menos hubiera motivo, uno iría, pero así porque sí!… ¿Por qué culpa?… ¡Si no he robado y si al paraca… no me he pegado!… Porque si su señoría se refiere al tributo… no tiene que creer al starasta… ¡No tiene alma de cristiano ese starasta!…
—¡Pero si estoy codo el tiempo callado!… —masculla Denis—. ¡Lo que pasa es que el starasta le ha metido un embuste y esto yo…, hasta por juramento!… ¡Mire…, somos tres hermanos: Kuzma Grigoriev, Egor Grigoriev y yo, Denis Grigoriev!…
—Me inoportunas… ¡Eh!… ¡Semion! —llama en voz bajad juez— ¡Llevárselo!
—¡Somos tres hermanos!… —masculla Denis cuando dos robustos soldados le sacan del cuarto—, ¡Pero el hermano no tiene que pagar por el hermano!… ¡Kuzma no paga y tú, Denis, vas a tener que responder por él!… ¡Vaya jueces!… ¡Lástima que haya muerto el difunto señor general, que en paz descanse!.. . ¡Si no… ya hubiera hecho él ver a los jueces! ¡Hay que saber juzgar… y no juzgar así porque sí!… ¡Bueno que le azoten a uno… pero que sea por algo…, por alguna acción! ¡Por conciencia!…


LA TRAGEDIA EN SU ESTILO CIBERNETICO.


Desde Grecia,la antigua,la tragedia es el género que cultivan todas las dirigencias del mundo internacionalizado en transición realista.
Los unos y los otros.En la continuidad histórica no podían faltar los protagonistas cultivadores de este género y nuevos escenarios. Ayer Proskenion y Orchesta.Hoy Gran platea mediática cybernética,donde se pasean y lucen,cual verdadero escenario teatral,en technicolor,eximios,fatuos,frívolos comediantes encaramados a sus luces y efectos.
¿La trama? Todos los ingredientes de la tragedia:acción,intriga,crítica sofista,autocrítica,lamentos,letanías,promesas,pedidos,ruegos,pecados y el infaltable,necesario y esperado fallido como único humor. Y no falta Afrodita y su amor,puro,solidario,fraterno,lacrimógeno,todo fingido,actuado,a veces sobreactuado por casi siempre viejos cocodrilos lacrimógenos. Y en otras la insinuación, que el receptor,con sus necesidades insatisfechas,transfigura en lujuria.
Mientras.
Llueven bombas sobre seres inermes,un jerárquico explicando con su flema mientras mastica el arma de Sherlock y en seguida la nota de colorido de la vedette de turno.Música,luces,danza,baile,color. Por que el mundo sigue andando.La función debe continuar.Con sus sombras y luces. Acción.
Esquilo superado. Shakespeare emulado. Y en esta tragedia shakesperiana diaria,los malos de ayer reciben castigo por mano de los arrepentidos del hoy. Y los que ayer batían el parche nacional,hoy se refugian en el humanismo internacional que obvia indiferente a Prometeo encadenado,robado su fuego.
Somos humanos.Voz emocionada casi enronquecida.La platea convencida tiembla en sus miedos,suspira por las letanías,ama a los unos y odia a los otros.Sublima.
Y como en Electra,los hijos ven a sus padres eliminados.Y los padres a sus hijos. En su desgarro,abrazados,lloran mediáticamente por el destino del mundo. Un mundo cibernético,racional y reflexivo como nunca antes en la historia. Un mundo unido utilizando los fuegos hurtados a Prometeo para combatir el mal.Por que como en toda buena tragedia,el mal debe ser combatido si se hace necesario,por el bien aunque se haga el mal. Lo ético estriba que se realiza por el bien. Un bien simil de badana,aterciopelado carmesí.
Nuestros trágicos de hoy no tienen las mismas dudas de los de ayer. Certezas. Siempre certezas.Un mundo que ha superado el análisis,la reflexión que conducen a la duda.Decisión.
¿La razón ha muerto? Feneció,borracha en burbujas financieras. Temblemos.Como en toda tragedia la opción es de hierro.
Hagamos entonces el mal, para alcanzar el bien. Por la burbuja mascullan,hincando el diente en el labio inferior hasta el plasma y aprisionando con sus garras el fuego.Y sus caras enrojecidas declaman,teatralmente, el bocadillo de Clitemnestra,apelando a Sófocles moderno:
---"vosotros dictadores no merecéis piedad pues no tuvisteis la piedad con él,mi padre".
Por eso,desde la sangre de Agamenón, el mal combate por el bien.No es culpa del bien si la vindicta se tiñe de púrpura. Que importa entonces si al planeta lo recorren millones de fantasmas alcanzados por el sin perdón.Millones que un día creyeron que no serían hombres sino solamente luchando por el bien.Haciendo el bien conducente a la libertad y la paz para siempre.Tragedia tras tragedia.Siempre el mal para el bien.
Pero como en el Edipo antiguo,la Peste se representa ante ese vasto auditorio,que en la mesa trinca ravioles mientras cuenta misiles telemáticos. La peste. Siempre la peste aún en este mundo cibernético.Es casi una maldición de los Dioses.
La peste que alcanza a diario a esos pobres desgraciados que siguen a los unos y a los otros,asistiendo pasivamente a su martirologio.Santificación. Enorme.Monumental la tragedia. Morir por el bien. Un bien que sacará de la recesión y consolidará las burbujas. Todo el mal vale la pena por ese bien. Un bien a la eternidad,en libertad y paz.
Razón tienen los clásicos, que no son antiguos sino contemporáneos, cuando expresan: misterios hay muchos,pero el mayor de los misterios es el hombre.Y con ese interrogante el hombre se va haciendo escéptico,que es lo que logra al fin tanto mal por el bien y la añoranza del fuego,arrebatado.Que es desesperanza.Que es castración.
Pero no todo está perdido.La tragedia tiene a veces un final feliz.
Prometeo autoliberado,paciente inmortal, con su antorcha convoca para hacer el bien con el bien.
He ahí la antorcha.

CUENTOS.


AL FINAL DE LOS ESPEJOS.
Subió diligente los últimos peldaños que la separaban de la puerta con el número 6, llamó con unos ligeros golpes a intervalos y se abrió, un hombre vestido de verde le dio la bienvenida. Se detuvo a escrutar el ambiente de paredes pintadas de verde, las cortinas eran de igual tonalidad y a un costado se encontraba una lámpara con 6 bombillas de color verde, en la pared estaba colgando un número, no sabía si era un 9 ó un 6 invertido.
La dejó sola en la pieza y realizó un examen ocular de la misma, en un estante encontró muchos libros en desorden, diría que demasiados con la portada verde. Uno le despertó interés por el título y tanto este como todos los demás tenían las letras impresas en verde ? genial idea del editor ? no le provocaría cansancio en la vista a los lectores.
El hombre retornó trayendo un vaso conteniendo un líquido incoloro, sacó un pequeño frasco del bolsillo de su bata y dejó caer unas gotas de una sustancia que coloreo de verde el contenido del vaso. Se lo acercó y se negó a beberlo, el hombre le puso una mano en el hombro aconsejándole que era preciso, el primer sorbo la libraría de culpas. Lo bebió con desconfianza y dejó de temer al percibir una liberación interna.
Se miró las ropas y estaban completamente verdes, se aproximó al espejo y tenía un tinte verdoso en el rostro. Ahora el hombre se le aproximó y extrayendo del otro bolsillo una cuchilla muy fina le practicó una incisión en el labio inferior, le dolió sobremanera al no aplicarle anestésico. Esperó a que cesara el dolor y la supuesta sangre, le comunicó que en la habitación contigua tenía unas ropas, se las trajo y desvistiéndose delante del hombre se cambió de vestido y se notó elegante y provocativa, destacando las líneas de su cuerpo.
Le regaló un anillo con una esmeralda y una bufanda de idéntico color y le explicó que era necesario que fuera a una dirección que le indicaría. La despidió en la puerta, besándole la mano donde se colocó el anillo. Salió expectante a la calle, descendió la escalera radiante. Los hombres la perseguían, prefirió caminar para exhibirse.
Aligeró el paso para deshacerse de todos y se presentó en el sitio indicado y por debajo de la puerta echó un papel verde y rectangular. Regresó al departamento y el hombre la estaba esperando vestido con una ropa deportiva de color verde. La invitó a caminar por la orilla del mar, las olas encrespadas hacían contraste con sus cuerpos verdes.
Hicieron el amor sobre la arena, ella con timidez, él abierto a las palabras. Aquella playa había permanecido desierta hasta que aparecieron unos hombres con túnicas de pieles, elevando sus copas y bailando a la sombra de los cocoteros. Y enlazándola por la cintura, se retiraron por la orilla del mar, hundiendo sus pies en sus arenas verdes. Se perdieron en la distancia brillando como dos luciérnagas.
Autora: Elmys García Rodríguez ( Holguín- Cuba ).



A CIELO ABIERTO.



Todo lo veía con absoluta claridad, juré por la cabeza de Zeus no volver a faltar a mi palabra, era la primera vez que hacía el amor a cielo abierto. El me miró cos ojos maliciosos y me ayudó a arreglar los pliegues de mi blusa. Preparé la comida sobre la hierba, nunca había probado manjar más delicioso como este.
Era un animal salvaje entre mis piernas, me encontré cara a cara con el hombre de mis sueños. Vibraba entre sus manos como las cuerdas de un violín, mientras recogía las hojas amarillas que el otoño desprendía. Me bastó una insinuación para saber lo que esperaba, arrojé al viento mis escrúpulos y fui suya otra vez. El tiempo estaba despejado con un sol esplendoroso y vertical.
El trabajaba en algo relacionado con la carrera de caballos, era de esos tipos silenciosos y vegetarianos, le tenía pánico a las descargas eléctricas. Nuestros cuerpos volvieron a estar entrelazados media hora después. Aún jadeante en la hierba me anunció que estaba a punto de pasar el autobús, recogí mis cosas y avancé hacia la dirección que me indicaba.
El autobús se acercaba a toda velocidad, lo tomamos de milagro, ya dentro del mismo abotoné mi saya. Me dejó en entrada de mi casa, subí las escaleras y al entrar comencé a escuchar la cinta que había grabado con nuestros gritos. Regresó una hora después con una botella de Jerez y se quedó hasta el día siguiente cuando decidimos regresar al hotel. Trascurridos unos meses nos convertimos en amantes perdurables. Ya ninguno de los dos volvimos a beber.

Autora: Elmys García Rodríguez.Holguín- Cuba..



CUANDO LA CORDURA ROMPE SUS LÍMITES




Damián guardó su lengua en una caja de fósforos, sus dientes debajo del tablero de ajedrez, trituró sus dedos con el picaporte y su oreja derecha se la envió a un comerciante para subastarla en la Plaza Pública. Por la extensa caminata realizada en el día anterior le dolían mucho los pies y los guardó en la gaveta de su escritorio. Tenía muy apretadas las piernas debido a lo estrecho de su jeans y las depositó en el cesto de los papeles.
Convertido en un hombre extraordinario, Damián abrió la puerta de su Despacho y se dispuso a esperarla. Llegó ligera de ropas con su caminar ondulante y flotando al viento su cabellera rubia. Venía con un cuchillo colgando a la cintura y la observó extrañado por usar este accesorio en pleno día. Ella se la paró delante y comenzó a darle pequeños mordiscos por el cuello que lo electrizaban.
Cuando se cansó de morderlo comenzó a apretarlo. No podía hablar y mucho menos morderla, no recordó dónde había dejado los dientes. Intentó propinarle un golpe contundente con el puño en el esternón y no podía, apenas si alcanzaba a comprender lo que ella le decía, con una sola oreja era muy difícil, no logró salir en fuga si le faltaban los pies.
Al no conseguir actuar como era debido, empleó sus lágrimas y persuadirla para que lo soltara. Cuando el hombre estaba casi a punto de expirar le soltó el cuello y le escupió en la cara. Se acercó al cesto de los papeles, recogió sus piernas, se llevó una a la boca y la masticó. La otra la guardó celosamente en su corpiño y huyó sin levantar sospechas por el tragaluz.
Autora: Elmys García Rodríguez-- Holguín- Cuba..